Un instante infinito puede durar
ese segundo que empalma tu noche
en mi oscuro
decrépito el sol más allá del tiempo
En los vórtices enfadados de la vida
donde tu aliento se confunde con un soplo
y tu alma grita sus vaivenes
Allí te espero
para ver tu todo y tu nada
llenándome toda de ti
formando pétalos carmín dentro
prendiéndome piel y alma,
levando gemidos de llanto simiente
Porque te pierdo y encuentro
en ese segundo que empalma tú sombra
en mi día
En los trazos de tus
manos
cuando me acaricias
al borde del tiempo.
En ese relámpago, que te une a mí.
Sentadita en el alter de la luna
en la esquina de mi Yo
Allí te espero, amor.